Su paso por este mundo fue muy breve: el flamante Beato Carlo Acutis fue el único hijo de Antonia Salzano y Andra Acutis, nació el 3 de mayo de 1991 y murió el 12 de octubre de 2006. Sin embargo, en los 15 años que vivió en Milán, dejó huellas imborrables en cada persona que lo conoció y en las que ahora, tras haber sido beatificado por el papa Francisco, lo descubren a diario a través de su legado en internet.
1)“Estoy feliz de
morir, porque he vivido mi vida sin perder un minuto en aquellas cosas que no
agradan a Dios”
Carlo Acutis tenía 15 años cuando un día despertó sintiéndose mal. Pensó que se trataba de una gripe, pero los síntomas empeoraban con el correr de las horas. Tuvo que ser internado de urgencia y, a los tres días, llegó el resultado de uno de los estudios médicos: leucemia, en su grado más agresivo y en estado terminal. Lejos de desesperarse y de centrarse en él, calmó a sus padres y se preocupó porque ellos estuvieran tranquilos.
2) “De aquí, ya no
salgo”
Sus padres revelaron que esas fueron sus palabras apenas ingresó al Hospital San Gerardo de Monza, en Italia. A pesar de que al principio parecía ser un cuadro simple, Carlo tenía en claro que su vida se estaba apagando y que no volvería a salir con vida de esa internación.
3) “Hay gente que
sufre mucho más que yo”
Con esa frase,
Acutis quiso tranquilizar a sus padres y, también, a los médicos y enfermeras,
que sabían con certeza los dolores insoportables que padecía por la leucemia y
el calvario que soportó mientras duró su enfermedad.
El adolescente
murió en menos de 10 días. Antes, había pedido que un sacerdote le diera la
Unción de los Enfermos.
Varios meses antes
de su muerte y cuando se encontraba en perfectas condiciones de salud, el Beato
Acutis grabó un video con su celular, donde anunció su muerte. Sin embargo,
esas imágenes no fueron vistas por nadie hasta después de su fallecimiento.
Una noche, su madre se despertó con una voz. Corrió al cuarto de su hijo pensando que podría tratarse de alguna señal de su hijo, prendió la luz y no vio nada. Pero encendió la computadora: allí, apareció el video -que se viralizó en las redes sociales- ante la atónita mirada de Antonia, que no podía creer lo que sus ojos veían y sus oídos escuchaban, porque varias veces la había revisado luego de su muerte, para conocer aún más la intimidad de su hijo.
Se trató de la
última frase que Carlo Acutis dijo antes de morir acompañado por sus padres.
Con esas palabras, buscó ser recibido en los brazos de Dios y le ofreció todo
el dolor que padeció durante la enfermedad, para no tener que pasar por el
Purgatorio.
Desde pequeño, le
pedía a sus padres que lo llevaran a las iglesias "a saludar a Dios"
Esta frase fue
encontrada por su madre, Antonia Salzano, mientras revisaba el diario íntimo de
su hijo fallecido. Con apenas 3 años, le pedía que lo llevara a la Iglesia a
“saludar a Dios” y, apenas unos años después, se enfocó de lleno en la caridad,
pero sin que sus padres de enteraran hasta después de su muerte.
Con la mensualidad
que recibía, el Beato Acutis compraba colchones y alimentos para las personas
que vivían en la calle. La totalidad del dinero que su familia le regalaba lo
destinaba a los pobres, como una manera de acercarse aún más a Dios.
Prefería ahorrar
todo el dinero que le daban sus padres y ayudar a quienes lo necesitaban
Esta frase, escrita
de su puño y letra, también fue encontrada por su madre, quien explicó que su
hijo intentaba mejorar en todos los aspectos de su vida, de manera constante e,
incluso, hasta en las cosas más simples.
Se proponía desde
“comer menos Nutella” -ya que le fascinaba la pasta de avellanas pero lo había
hecho engordar algunos kilos- hasta evitar hacer chistes en clase para no
distraer a sus compañeros.
La imagen de Carlo
Acutis que fue descubierta el día de su beatificación en Asís (AP
Photo/Gregorio Borgia)
Su madre cuenta
que, desde que comenzó a ver en su hijo la profunda fe religiosa que profesaba,
creyó que se convertiría en sacerdote. Antonia recuerda el gran amor que su
hijo sentía hacia la Eucaristía, al punto que desarrolló varios proyectos
informáticos en internet en los que, por ejemplo, se ocupó de investigar 136
milagros eucarísticos en 20 países y organizó una exposición virtual que
recorrió el mundo.
A pesar de que
mantenía la rutina de un adolescente y que, después de la escuela se encontraba
con sus amigos, no faltaba nunca a misa, donde rezaba el Rosario y se tomaba su
tiempo para hacer adoración, antes o después de la Eucaristía, a la que solía
definir como su “autopista al Cielo” y “lo más increíble que hay en el mundo”.
Desde temprana
edad, se inclinó por la informática y, a través de internet, llevó la Palabra
de Dios a cada lugar.
Cuando apenas sabía
hablar, Carlo Acutis le contó a su madre que rezaba a diario. Con esa frase, le
pudo explicar su manera de conectarse con Dios. Antonia, que nunca había sido
una mujer de fe, al igual que su marido, dejaba que su hijo siguiera el camino
de la religión. Con apenas 7 años, le había pedido autorización para hacer su
Primera Comunión y, por supuesto, se la dio.
Ya en su
adolescencia, a todos lados llevaba su mensaje para que todas las personas
pudieran descubrir el poder de la oración. Solía decir: “Después de la
Eucaristía, el Santo Rosario es el arma más potente para combatir al demonio”.
Carlo Acutis fue
hijo único pero antes de morir le dijo a su madre que volvería a dar a luz. En
la foto, sus hermanos mellizos, Michele y Francesca, que nacieron en 2010,
cuatro años después de su muerte, acompañados por sus padres Antonia Salzano y
Andrea Acutis
Rezar el Rosario,
ir a Misa y tomarse unos momentos de adoración -antes o después de la
Eucaristía- formaban parte de su rutina diaria. “El Rosario es la escalera más
corta para subir al Cielo”, solía repetir frente a sus amigos para invitarlos a
orar con él.
El 10 de octubre
pasado, Carlo se convirtió en Beato luego de que el Vaticano comprobara el
milagro del niño brasileño, Matheus. De ahora en más, si se prueba un segundo
milagro, podría ser santificado.
Por su gran pasión
por la tecnología, y por darle a internet un uso útil y noble para llevar la
Palabra de Dios, se lo conoce como “Patrono de internet”. El papa Francisco lo
puso como un ejemplo para los jóvenes.
Nicola Gori, el
postulador de la causa de beatificación de Carlo Acutis
A pesar de que era
un joven apuesto, divertido y carismático, se empeñó en dejar en claro que su
vida estaba enfocada en el amor puro que sentía por la Madre de Dios. Antonia
reveló que Carlo hablaba con sus compañeros de la escuela, para que también
vivieran la experiencia de la castidad, ya que -según su punto de vista- la
sexualidad tenía que ser vivida como Dios la había pensado: con el fin de
colaborar con la Creación.
Antonia Salzano
junto al cuerpo de su hijo
El Beato Acutis
sentía devoción por su ángel de la guarda, a quien invocaba permanentemente de
manera verbal, en su diario íntimo y en sus manuscritos. El interés sobre esa
figura se despertó en él luego de leer varios libros sobre las apariciones del
ángel a los pequeños pastores.
Este ángel protege
a cada persona, ya que Dios le da la misión de guardarla y guiarla durante su
vida, para facilitarle el ascenso al Cielo.
Miles de personas
llegan a su tumba en Asís, donde descansan sus restos (AP Photo/Gregorio
Borgia)
Con esta frase
dejaba en claro la importancia que tenía en su vida poder ser útil a los demás.
A pesar de que su familia tenía una muy buena posición económica, Carlo no se
dejaba llevar por los valores materiales como lo hacen muchos jóvenes a su
edad. No solo reservaba su mensualidad para ayudar a los pobres y a las
personas sin techo, sino que también, colaboraba en varios comedores llevando
muchas veces la comida que dejaba en su plato o la que sobraba en la mesa
familiar.
El día de su
entierro, su madre dijo que le sorprendió la cantidad de gente que se acercó a
despedirlo con lágrimas en los ojos y que eran todas personas a quienes su
familia no conocía. Fue ahí cuando se enteró que su hijo había estado ayudando
a cientos de personas durante toda su vida, sin que nadie lo supiera.
Sus padres junto al
Cardenal, Agostino Vallini (AP Photo/Gregorio Borgia)
Para Acutis, su
enfermedad era parte del plan que Dios tenía para él, su voluntad. Cuando fue
internado y le diagnosticaron la leucemia en estado terminal, lejos de quejarse
la aceptó. Siempre decía: “¡Criticar a la Iglesia significa criticarnos a
nosotros mismos! La Iglesia es dispensadora de tesoros para nuestra salvación”.
La dulzura de su
sonrisa y la paz de su mirada, en una de las últimas fotografías antes de su
repentina muerte
Fue su frase más
famosa, la que Carlo mas repetía y la que más se comparte hoy en las redes
sociales, un fenómeno que no llegó a ver, ya que murió en 2006, pero que habría
potenciado aún más su trabajo informático para llevar la Palabra de Dios a
cualquier sitio y a todas las personas que desearan conocerla.
Con esta frase,
quería que los jóvenes reflexionaran y buscaran en su interior los talentos que
Dios les había dado. Deseaba que cada persona viviera su propia vida e hiciera
su verdadero camino, sin copiar casi de manera mecánica, todo lo que hacían los
demás
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